Esto no es un cuento de Navidad sino la historia de la pesadilla que acabo de vivir. Mi nombre poco importa, por aquí me llaman «Jota» y soy miembro de la resistencia. Si estás leyendo este blog te puedes considerar afortunado, eres uno de los pocos supervivientes después del Gran Ataque. Coge lo imprescindible, mételo dentro de tu mochila y dirígete rápido hasta el Parque Güell, aquí te podremos ayudar. Ni se te ocurra ir al metro, Barcelona está completamente inundada, tan solo las partes altas de la ciudad, Montjuic y el Parque Güell se han librado del cataclismo. Desde este incomparable mirador, antes tan lleno de turistas, hemos empezado a organizar la resistencia. Mire hacia donde mire, el horror, el caos y la destrucción se han adueñado de la que hasta hoy era una de las ciudades más hermosas del planeta tierra.
Hace unos días la vida parecía sonreírnos y paseábamos plácidamente por Las Ramblas. Nos alojamos en el Hotel Oriente, un tres estrellas muy céntrico, ideal para los que disponen de poco tiempo y desean visitar el Barrio Gótico. Después de tomar un excelente chocolate con churros y porras en la Churrería Laietana nos acercamos hasta La Seo, la catedral gótica de Barcelona, digna de ver. A la salida dimos vueltas entre los puestos del rastrillo que había por la plaza, vendían todo tipo de artilugios, desde joyas hasta baratijas de lo más variopintas. Encontré unos viejos tebeos del Capitán Trueno y tanta ilusión me hizo que me compré un par de ellos, a dos euros cada uno.
Dicen que no paro de canturrear la canción del grupo Asfalto, es para darme ánimos, en estos momentos necesitamos además de víveres y agua, mucha fe y entusiasmo pa tirar palante
Esto es todo por hoy amigos supervivientes, no dejéis de consultar este blog para seguir informados y que la fuerza os acompañe.